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Herpesvirus Felino

Herpesvirus Felino
25/07/2023 Rayssa Faleiro

El herpesvirus felino-1 (FHV-1) es una de las principales causas de morbilidad felina. Los gatos jóvenes están más predispuestos a la enfermedad primaria aguda y, después de la exposición al virus, prácticamente todos los gatos se infectan de forma persistente y muchos de ellos desarrollarán una enfermedad recurrente a lo largo de su vida. Alrededor del 75% al ​​97% de la población de gatos del mundo es seropositiva para FHV-1.

La transmisión del virus se produce por vía oral, nasal y conjuntival, pero la principal fuente de infección en los cachorros es la transmisión por parte de sus madres al nacer o durante las primeras semanas de vida. El virus tiene tropismo por las células epiteliales del tracto respiratorio, conjuntiva, córnea y nasofaringe. El virus se propaga a través de los nervios sensoriales y alcanza los ganglios del trigémino, que son los principales sitios de latencia.

Los animales jóvenes con infección activa pueden tener fiebre, letargo, estornudos, secreción ocular, secreción nasal, conjuntivitis, ulceración corneal y queratitis. Ocasionalmente, aparecen úlceras dendríticas en la córnea, consideradas patognomónicas. Los gatos adultos pueden desarrollar lesiones en el momento de la reactivación viral (recrudecimiento) como queratitis estromal, queratitis eosinofílica, formación de secuestro corneal y/o queratoconjuntivitis seca. Algunos animales pueden desarrollar lesiones crónicas en el tracto respiratorio superior y daños en los tejidos conjuntivales y la córnea.

La recurrencia de los síntomas clínicos de la enfermedad ocular puede ocurrir periódicamente a lo largo de la vida, especialmente durante los períodos de enfermedad sistémica, estrés y uso de glucocorticoides.

El diagnóstico generalmente se basa en la apariencia clínica, el historial del paciente y la tinción con gotas para los ojos con fluoresceína y rosa de bengala. El método preferido para la detección de virus en muestras biológicas es la PCR.

El tratamiento incluye antibióticos tópicos y orales para prevenir infecciones bacterianas secundarias, antivirales tópicos u orales y suplementos dietéticos para fortalecer el sistema inmunológico del paciente. Algunos daños en el tejido conjuntival y la córnea requieren cirugía oftálmica o terapias tópicas a largo plazo.