(oftalmía periódica, ceguera de la luna, iridociclitis)
La úvea es la capa vascular del ojo compuesta por el iris, la coroides y los cuerpos ciliares. La uveítis se define como la inflamación de la uvea y es la causa numero uno en todo el mundo de ceguera en caballos. La uveítis recurrente se caracteriza por episodios múltiples, recurrentes de inflamación intraocular que cada vez que se presentan dejan complicaciones intraoculares que deterioran las estructuras internas y la visión de los pacientes.
El diagnóstico se basa en los signos clínicos presentándose de inicio lagrimeo, blefaroespasmo, edema corneal, miosis, atrofia de la corpora nigrans, fotofobia, hipopion y sinequias; a la larga se pueden depositar calcio en la córnea y fibrina y pigmento del iris sobre la cápsula anterior del cristalino. Figuras 1 y 2. La coroiditis puede resultar en desprendimientos de retina focales o difusos o retinitis exudativa y congestión del nervio óptico, el humor vítreo puede desarrollar turbidez debido a la pérdida de proteínas y células de los vasos retinianos. En los casos crónicos se observa vascularización de la córnea, edema corneal permanente, formación de sinequias, cataratas y despigmentación del iris o hiperpigmentación. También puede generar glaucoma secundario a sinequias y en casos muy crónicos, phthisis bulbi. La inflamación de la glándula pineal se encuentra en la uveítis recurrente equina (ERU) y se ha asociado a la recurrencia y mantenimiento de la inflamación. Figura 3.
Los principales objetivos del tratamiento de la ERU son para preservar la visión, disminuir el dolor, y prevenir o minimizar la recurrencia de los ataques de uveítis. La prevención específica y el tratamiento son a menudo difíciles, sobre todo si la etiología no se identifica en cada caso. Es importante realizar mediciones de anticuerpos en suero contra las diferentes serovariedades de Leptospira spp.
Algunos caballos requieren tratamiento de por vida!
En general, el pronóstico para la ERU suele ser malo para una cura para preservar la visión, pero la enfermedad puede ser controlada.
Los medicamentos antiinflamatorios, como los corticosteroides y los fármacos antiinflamatorios no esteroidales, se utilizan para controlar la inflamación intraocular, los medicamentos pueden ser administrados por vía tópica en forma de soluciones o ungüentos, subconjuntivalmente, por vía oral, intramuscular, y/o intravenosa.
Se necesita utilizar midriáticos para minimizar la formación de sinequias mediante la inducción de midriasis y aliviar el dolor.
Al ser una enfermedad con un componente inmune, el uso de ciclosporina topica es necesario para su control, esta actua suprimiendo la actividad de los linfocitos T infiltrados en las células del ojo.
Además del tratamiento médico, como opción quirúrgica se tiene a la vitrectomía de la pars plana para eliminar las células inflamatorias, fibrina y detritus atrapados en el vítreo con el fin de eliminar el dolor en ojos ciegos no responsivos al tratamiento médico así como la evisceración y colocación de una prótesis intraocular o enucleación.
Para evitar la recurrencia de los episodios y mantener ojos visuales y sin dolor la liberación sostenida de ciclosporina A en implantes supracoroideos representan la mejor opción quirúrgica actual para el tratamiento de URE liberando por mas de 4 años la dosis diaria requerida de ciclosporina evitando los episodios de inflamación. La colocación de estos implantes debe hacerse bajo condiciones de anestesia general por un oftalmólogo veterinario. Figuras 4 y 5.
Figuras