Es una enfermedad frecuente en perros e infrecuente en gatos, en donde el borde del párpado (generalmente el inferior) cambia de posición girando hacia el ojo; este contacto aberrante genera mucho daño, irritación e inflamación de la córnea. En muchos casos la lesión corneal puede ser tan severa que podría generar la ceguera permanente. El entropión se puede clasificar como primario el cual generalmente se relaciona de algunas razas por un componente heredable. El entropión secundario comúnmente es adquirido por otra condición o enfermedad.
Entropión en perros
Generalmente ocurre en perros de razas puras (P. ej. Chow Chow, Sharpei, Bulldog) en edades tempranas afectando típicamente el párpado inferior; generando mucho dolor por lo cual el perro no abre el ojo. Otros síntomas que podemos evidenciar son: lagrimeo excesivo, secreción ocular, picazón, congestión ocular, opacidad de la córnea y ulceración corneal, entre otros.
Entropión en gatos
Siendo menos frecuente que en los perros, el entropión en gatos es una patología rara. La raza más afectada es el Persa, pero cualquier gato puede sufrir la enfermedad. Generalmente el entropión felino ocurre de manera secundaria a otra patología. Observamos dos grupos de gatos afectados: jóvenes (con conjuntivitis y/o secuestro) y gatos mayores (con laxitud palpebral o hundimiento leve del globo ocular).
Tratamiento
Es importante tratar esta enfermedad de manera prioritaria para evitar lesiones graves sobre el globo ocular. El tratamiento quirúrgico consiste en eliminar el exceso de piel del párpado y poner puntos de sutura para posicionar correctamente el párpado afectado. Es una cirugía muy simple y ambulatoria; como cuidado postoperatorio requiere el uso de collar isabelino durante 1 a 2 semanas.
